Riesgos para la salud humana


DAÑOS PARA EL MEDIO AMBIENTE Y LA SALUD HUMANA

1 Riesgos para el medio ambiente

La emisión de compuestos orgánicos volátiles (COVs) a la atmósfera tiene algunos problemas importantes para el medio ambiente. Algunos COVs contribuyen a la degradación de la capa de ozono atmosférico, como es el caso del 1,1,1-tricloroetano y el tetracloruro de carbono, así como de los CFCs y los HCFCs, entre otros. Algunas de estas sustancias ya están prohibidas o existe para ellas un calendario de eliminación contemplado dentro del marco del Protocolo de Montreal.

Por otro lado, los COVs junto con los NOx en presencia de luz solar actúan como precursores de la formación de ozono troposférico o ambiental. La contaminación por ozono es un problema crónico y de amplia distribución en toda la Unión Europea, hasta el punto de que existe una normativa que limita los niveles de éste la Directiva 92/72/CEE sobre la contaminación atmosférica por ozono traspuesta a la legislación española en septiembre de 1995 en el Real Decreto 1494. El ozono troposférico puede causar efectos nocivos tanto para la salud humana como para el medio ambiente pero, de hecho, las especies vegetales y los cultivos son más sensibles a este contaminante que los seres humanos. El ozono troposférico interfiere en la actividad fotosintética, en el crecimiento y en el metabolismo general de las plantas, y también aumenta la sensibilidad de los árboles a las heladas, al calor y a la sequía. Se ha estimado que con las concentraciones de ozono que se vienen dando en la temporada estival de crecimiento, las pérdidas de producción en la agricultura pueden suponer hasta un 5-10% en toda la Comunidad Europea.



2 Riesgos para la salud humana

Los riesgos para la salud asociados a la emisión de COVs a partir del uso de disolventes orgánicos se derivan de sus propiedades volátiles, liposolubles, tóxicas e inflamables.

El carácter volátil de los disolventes hace que éstos se evaporen rápidamente en el aire, alcanzando concentraciones importantes en espacios confinados. Los riesgos mayores para el ser humano se producen por la absorción de éstos a través de la piel y por inhalación. El contacto directo con la piel permite que el disolvente pase a la sangre, causando efectos inmediatos y a más largo plazo. La inhalación constituye la vía de exposición más peligrosa, porque los pulmones son muy eficaces en distribuir éstas, o cualquier otra sustancia, por todo el cuerpo pudiéndose inhalar concentraciones muy elevadas en plazo breve, siendo esta vía, además, particularmente difícil de controlar.

Los disolventes orgánicos son liposolubles, es decir, que una vez que se introducen en el organismo tienen afinidad con los tejidos grasos y no suelen disolverse en agua, aunque sus metabolitos sí son hidrosolubles. Por la vía de inhalación, recorre las vías respiratorias, de donde pasa a la sangre y de ahí a los diferentes órganos, donde tienden a acumularse. Con el paso del tiempo las concentraciones acumuladas pueden alcanzar niveles que representen un riesgo para la persona y, en particular, para un feto durante su desarrollo embrionario.

En algunos estudios de toxicidad, en los que se relacionan las lesiones neurológicas con la exposición crónica a disolventes, los investigadores hallaron un menor rendimiento en los trabajadores/as que estaban expuestos a niveles inferiores a los máximos legales fijados por las autoridades. Por ejemplo, en un estudio efectuado en Suecia sobre los pintores de automóviles y de la industria que utilizan aerosoles, se descubrió un aumento estadístico significativo de síntomas psiquiátricos como la irritabilidad y dificultades de concentración.

La mayoría de los disolventes son inflamables y explosivos, lo que representa otro tipo de riesgo diferente asociado a estas sustancias. Algunos no arden necesariamente con facilidad, pero sí tienden a descomponerse a altas temperaturas dando lugar otros compuestos altamente tóxicos, tal es el caso de los disolventes halogenados que se convierten en fosgeno, ácido clorhídrico, ácido fluorhídrico, etc. El peligro de explosión varía de un disolvente a otro, por lo que es necesario conocer las condiciones de concentración, presión, temperatura, etc. en cada caso para evitar este riesgo.



Otros efectos indirectos son los problemas de salud asociados a la exposición a ozono troposférico, como resultado entre otros factores de la emisión de COVs a la atmósfera. Los principales síntomas son la irritación e inflamación del sistema respiratorio, principalmente de las membranas mucosas y los pulmones. Los efectos se agravan si la exposición tiene lugar mientras se hace ejercicio, en personas de avanzada edad, niños o personas que sufren de asma u otra enfermedad que dificulte la capacidad respiratoria. Un estudio epidemiológico realizado recientemente a escala europea, proyecto APHEA, concluía que existe una clara asociación entre las elevadas concentraciones de ozono y un aumento de entre el 2 y el 12% de la mortalidad.



3 Estudio de un caso especial. Riesgos en las tintorerías de limpieza en seco

Nos detenemos en este sector específico por el retraso existente en adoptar medidas en nuestro país.

El percloroetileno o PERC (también llamado tetracloroetileno o tetracloroeteno) es un compuesto organoclorado, es decir, posee una estructura de base de carbono con átomos de cloro. La familia de organoclorados (dentro de las que también se incluyen los PCBs y las dioxinas) presentan una especial problemática a lo largo de todo su ciclo de vida con respecto al medio ambiente por su carácter tóxico, persistente, acumulativo y no biodegradable.

Por estas razones, y con el fin de minimizar la degradación de los ecosistemas, en la Conferencia del Convenio de Barcelona para la Protección del Mediterráneo se ha propuesto como objetivo la reducción de los vertidos de organohalogenados (dentro de los cuales se encuentran los organoclorados) para el año 2005.

La presencia de esta sustancia en el ambiente de trabajo provoca serias afecciones a la salud de los trabajadores y trabajadoras por generarse, a lo largo del proceso de limpieza en seco, emisiones tóxicas, a la vez que residuos y vertidos líquidos de carácter peligroso:

- emisiones fugitivas y para la ventilación intencionada;

- filtros usados que contienen hasta 4,5 litros de PERC;

- lodos tóxicos generados por la destilación de PERC, que contienen hasta un 50% de PERC y en las cuales también se han detectado dioxinas;

- agua contaminada con PERC como resultado de la destilación, que tradicionalmente son vertidas al sistema de alcantarillado.

3.1 Efectos sobre la salud humana

Las vías de exposición del percloroetileno son por inhalación, ingestión o a través de la piel. Una vez penetrado el PERC, éste se acumula en el cuerpo, encontrándose concentraciones significativas en la sangre, los tejidos grasos, el aliento y la leche materna (según muestreos realizados en EE UU y Canadá).

Los efectos de exposición de corta duración son irritación de los ojos; afectación del sistema nervioso central, con delirios, mareos y fatiga. La ingestión puede causar aspiración en los pulmones con riesgo de neumonitis química, y la exposición muy por encima de los límites podría causar disminución de consciencia e incluso provocar la muerte.

Los efectos de exposición prolongada o repetida son dermatitis, afección sistema nervioso central (dolor de cabeza, dificultad de concentración) y afectación del funcionamiento hepático. Está catalogado como un probable cancerígeno, principalmente de esófago, riñón, leucemia pulmón, hígado, piel, páncreas, etc. Investigaciones más recientes son muestra de una fuerte evidencia de que el riesgo no se limita al ámbito de trabajo.

3.2 Ámbitos de exposición humana

3.2.1 Ocupacional

La exposición que sufren los trabajadores y trabajadoras en el lugar de trabajo está ampliamente influenciada por el tipo de equipo que se emplea. Las máquinas de transferencia, que consisten en la transferencia manual de la ropa empapada en PERC de la lavadora a la secadora, representan una exposición a concentraciones mayores que las máquinas dry to dry (seco a seco), puesto que implica además de la inhalación de emisiones fugitivas, un contacto dérmico.

Actualmente los límites permitidos de exposición (TLV), como media diaria (8 horas día y 40 horas semana) a PERC en EE UU y en Canadá es de 50 ppm (341 mg/m3), en Dinamarca es de 30 ppm (205 mg/m3), en California de 25 ppm (170 mg/m3) y en Suecia es de 20 ppm (136 mg/m3). El límite de exposición a corto plazo (STEL), durante 10 minutos como máximo al día, es en EE UU de 100 ppm (685 mg/m3).

3.2.2 Hogares

El percloroetileno se ha detectado en niveles mucho mayores en los hogares de empleados de tintorerías que en hogares en los cuales nadie trabaja en dicho sector, debido a que el PERC se exhala durante un largo período, y también es despedido de la ropa del trabajador o la trabajadora.

La exposición humana al PERC proveniente de las tintorerías no se limita únicamente a trabajadores y trabajadoras, y a las personas que compartan el hogar. Existe clara evidencia de que en todos los sectores de la población la exposición a PERC está ocurriendo a través del aire, agua y alimentos. El PERC entra en el aire de residencias y comercios cercanos a tintorerías a través de tres vías

- a través del suelo, techo y materiales de las paredes;

- a través de agujeros en los techos, escapes de tuberías, rejillas de ventilación, y otras rutas de flujo de aire;

- a través de ventanas abiertas o ventiladores, cuando las tintorerías ventilan su espacio desde dentro hacia fuera.

Se encuentran expuestos a un riesgo más alto personas de avanzada edad, niños, mujeres embarazadas y los fetos, puesto que el PERC penetra a través de la placenta, y los enfermos crónicos que pasan la mayor parte de su tiempo en casa.

3.2.3 Contaminación de la comida

Se han medido elevadas concentraciones de PERC en la comida, particularmente comidas grasas como la mantequilla, de tiendas y hogares cercanas a tintorerías. Las concentraciones de PERC en las mismas aumentan con respecto al tiempo de almacenamiento cerca de dicha instalación. De acuerdo con la Food & Drug Administration de EE UU, los niveles base de PERC en la comida son generalmente de menos de 50 ppb. Sin embargo, un estudio sobre mantequillas de tiendas adyacentes a tintorerías, realizado en Washington DC, mostraba niveles mucho más altos, entre 100 ppb y 1.000 ppb. Varias muestras tomadas de tiendas dos puertas más abajo mostraban niveles desde más de 50 ppb hasta más de 1.000 ppb.

3.2.4 Contaminación de la leche materna

Puesto que PERC es soluble y acumulativo en grasas, los lactantes pueden estar expuestos directamente a concentraciones muy elevadas a través de la leche materna. La exposición a PERC en el ambiente de limpieza en seco ha resultado hasta el momento ser el único caso documentado encontrado en la literatura, que demuestra que una exposición entre una madre y un contaminante ambiental provoca un impacto adverso agudo sobre la salud del bebé a través de la leche materna contaminada. El Departamento de Salud del Estado de Nueva York estima que las consecuencias de exposición ocupacional contribuyen a la existencia de 58 a 600 casos en exceso de cáncer por millón de bebés que toman leche materna durante un año.

3.2.5 Offgassing (Desprendimiento de gases)

En un experimento de la EPA estadounidense, se detectaron niveles 2.900 ppb de PERC en un armario con ropa limpiada en seco, 195 ppb en el dormitorio y 83 ppb en un cuarto adyacente. Estas concentraciones exceden los valores guía de Nueva York para exposición crónica a PERC en aire interior por un factor de 190.

3.3 Efectos medioambientales

3.3.1 Aire

El PERC no es muy persistente en el aire, por tener tendencia a reaccionar fotoquímicamente al estar expuesto a la luz solar y también por reaccionar con los radicales de hidróxilo. Esta degradación puede ocurrir en un plazo comprendido entre unas horas hasta unos meses, por lo que no se considera un agente destructor de la capa de ozono, pero sí puede sufrir el transporte a largas distancias.

Los productos de descomposición del PERC son principalmente fosgeno y cloroacetil cloruros, aunque también se producen cloruro de vinilo, ácido tricloroacético (TCA) y tetracloruro de carbono. Estos productos son más persistentes y pueden ser más tóxicos. Se estima que hasta un 8% (en peso) de PERC atmosférico se convierte en tetracloruro de carbono, que es uno de los principales agentes destructores de la capa de ozono. El TCA fue intencionalmente producido por la industria como herbicida, y puede fácilmente ligarse a la degradación de los bosques europeos.

3.3.2 Aguas superficiales

La lluvia arrastra el PERC atmosférico al medio acuático, pero la mayor parte se vuelve a evaporar muy rápidamente y, dependiendo del viento y condiciones de mezcla, la vida media puede variar desde varias horas a varias semanas. El PERC puede incorporarse al medio biológico y ser metabolizado. Muchos de los productos de degradación de PERC formados en el agua son a menudo más persistentes (en el agua) que el mismo PERC.

3.3.3 Aguas subterráneas

Típicamente, una tintorería genera entre 4,5 y 9 litros de agua contaminada de PERC al día. La mayoría de las tintorerías desechan estos vertidos directamente al cauce público, que en gran parte termina en los acuíferos subterráneos. La migración de la porción de PERC que no se evapora, del suelo o de las tuberías, hacia los acuíferos subterráneos supone la acumulación de esta sustancia en dichos fondos, donde son bastante persistentes.





La contaminación del aire que respiramos no es simplemente algo que nos molesta y nos hace toser. Las sustancias que se encuentran en él tienen efectos perjudiciales sobre nuestra salud y bienestar. Por eso, pese a que desde el Ayuntamiento de Madrid se sostiene que superar los límites legales no perjudica a la salud , lo cierto es que cada año mueren unas 16 000 personas en España por enfermedades causadas por la contaminación, de las cuales unas 5 000 están relacionadas con la producida por los coches: muchas más que las víctimas de accidentes de tráfico, por ejemplo.

Hagamos un repaso muy general a cómo afectan a nuestra salud los contaminantes, basándonos en el Informe sobre la Calidad del Aire en Madrid durante 2010 que ha realizado Ecologistas en Acción . Si estás interesado en el tema, puedes encontrar en internet información mucho más precisa y profunda.

Dióxido de Nitrógeno (NO2)
El dióxido de nitrógeno del aire proviene principalmente de la oxidación del NO, que tiene su origen en la combustión de los motores (sobre todo los diesel). Además, interviene en la producción de ozono troposférico y de partículas en suspensión menores a 2,5 micras, las más perjudiciales.

El dióxido nítrico es muy reactivo y afecta a nuestro sistema respiratorio (principalmente a los pulmones), siendo los grupos de población más vulnerables, como niños y personas con asma o bronquitis, los más perjudicados. Además, está relacionado con el envejecimiento prematuro del pulmón y la disminución de su capacidad, disminuyendo también las defensas pulmonares, lo que provoca un aumento de infecciones respiratorias agudas.

El límite legal permitido es de 40 microgramos por metro cúbico de media anual, que se superó en Madrid en 18 de las 24 estaciones medidoras. El valor medio de la red también lo superó.

Partículas en suspensión
Reciben este nombre diferentes sustancias orgánicas o químicas que se encuentran en el aire que respiramos. Muchas de ellas son emitidas por los motores al quemar combustibles fósiles.





Partículas en suspensión
Reciben este nombre diferentes sustancias orgánicas o químicas que se encuentran en el aire que respiramos. Muchas de ellas son emitidas por los motores al quemar combustibles fósiles.

Se pueden distinguir tres tipos: partículas torácicas (menores a 10 micras) que penetran hasta las vías respiratorias bajas; partículas respirables (menores a 2,5 micras) que pueden llegar a las zonas de intercambio de gases en nuestros pulmones y las partículas ultrafinas que pueden llegar a pasar al torrente sanguíneo.

Los estudios sobre estas partículas han demostrado un aumento de la mortalidad global (aumentando el riesgo de cáncer de pulmón y/o de los pacientes con enfermedades respiratorias crónicas). La OMS calcula que la exposición a partículas respirables reduce la vida de los europeos en 8,6 meses.

La legislación impone dos límites: uno anual de 40 microgramos por metro cúbico (aunque la OMS recomienda 20) que ha sido superado en 9 de las 12 estaciones que miden este contaminante. El Ayuntamiento suele achacarlo al polvo sahariano, aunque los registros más altos se encontraron en las zonas con más circulación de coches. Como consuelo podemos decir que el otro límite (que establece que no debe haber más de 35 días al año con concentraciones superiores a los 50 microgramos), no se superó en 2010.




No hay comentarios:

Publicar un comentario